ELENA en «El sueño de una noche de verano» (2)

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Acto III, Escena II - Elena, Hermia, Lisandro y Demetrio.

ELENA: ¡Ah! ¡También ella toma parte en la conspiración! Ahora veo que os habéis unido los tres para formar este desleal pasatiempo a despecho mío. ¡Oh tú, Hermia, injuriosa é ingrata doncella! ¿Has conspirado con éstos, urdiendo esta maligna burla para ofenderme? ¿Y has olvidado las cariñosas pláticas, los juramentos fraternales, las horas que hemos pasado juntas? ¿Lo has olvidado todo, la amistad de nuestra niñez, la compañía inocente de nuestra infancia? Siempre estuvimos unidas, juntas en el mismo asiento, ocupadas en la misma labor, entonando la misma canción, como si nuestras mentes, nuestras manos, nuestras voces, hubieran sido una sola. Así crecimos como un doble fruto gemelo, que parece partido en dos y sin embargo no se puede separar. Éramos dos cuerpos con un solo corazón. ¿Y venís á romper todos estos lazos antiguos, para juntaros a esos hombres y escarnecer a vuestra amiga? No: esto no es amistad, ni es digno de una doncella. Nuestro sexo, tanto como yo misma, os censurará por ello, aunque sea yo sola quien sufra el agravio. […] ¿No habéis inducido a Lisandro a seguirme y á alabar mis ojos y mi cara? ¿No habéis hecho que vuestro otro apasionado, Demetrio (que aún ahora mismo me ha rechazado con el pie) me llame diosa, ninfa divina, preciosa, celestial? ¿Por qué habla así a una que aborrece? ¿Y por qué me niega Lisandro vuestro amor, tan rico en su alma, y me ofrece su afecto, si no es porque lo inducís á ello y obra con vuestro consentimiento? ¿Qué delito hay en que yo no tenga tantas gracias como vos, ni sea tan afortunada en el amor, sino una infeliz que ama sin ser amada? Deberíais compadecerme por esto, no despreciarme. […] SÍ, perseverad: fingid tristes miradas, y haceos señas cuando vuelvo la espalda: seguid en esta amable diversión, que, bien sostenida, será materia de una crónica. Si fueseis capaces de alguna piedad u gentileza, no me tomaríais por tema de vuestra irrisión; pero adiós. Yo me tengo la culpa, y pronto la remediaré con la ausencia o con la muerte.


Shakespeare

William Shakespeare (1564-1616)​ fue un dramaturgo, poeta y actor inglés. Es considerado el escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura universal.





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